Bueno, el contrato era el siguiente, más o menos:
3 días promocionando sopas en un supermercado. Buen trabajo para un simio que lo único que sabe hacer es conducir una nave espacial. Aburre, derrepente. Eso si, tienes que estar disfrazado de espárrago.
wut?
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| Dignidad |
mi mente, tomando decisiones a la velocidad de la luz: -Hmm... igual que verguenza... Ya, si en todo caso plata es plata. Y total, qué, si no se va a ver mi cara.
supervisor al teléfono: -oye y lo único que el traje va a dejar ver es tu cara
Ah. Bueno... uh uh... ya filo. confirmo, confirmo. Si si. Mañana paso a buscar el traje. Además, el momento en el que me llamaron para confirmar no estaba precisamente en el peak de mi lucidez tampoco, me agarraron en un estado de debilidad. Bien hecho, señores.
Ok, si al final, fuera de todo, igual fue muy piola. Llegar al centro espacial de comercio (lo que en la tierra vendría siendo un supermercado) Vestirse como espárrago y estar parado, aburrido, ofreciendo sopa. Los niñitos te saludan, las viejitas te piropean (VER EJEMPLO)
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| señora tengo que cumplir horario |
EJEMPLO : uy y si mejor me llevo este espárrago para la casa? *me toma del brazo*
uh uh uh ah ah
Si, puede que me haya sentido un poco sucio. Pero filo, va a llegar la plata. Y eso es lo que siempre ha importado ¿o no? Esas jornadas de licor de plátano en la estación espacial no se pagan solas.
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