jueves, 17 de julio de 2014

Jugando

PRRPRPRPRPRR..... PRPRPRPRRRPRPP


....



Abro los ojos con el agradable ruidillo del taladro con el que arreglan el sistema eléctrico de la casa, pero me niego a mantenerme así. Aún no es tan tarde. Los cierro a la fuerza, me tapo con la almohada y, extrañamente, puedo seguir durmiendo.


Están arreglando la casa, por lo que estar adentro es imposible. Salgo al patio de atrás, y ahí está Sally, aburrida como yo. Me hace señas para que juguemos, y se pone a correr alrededor mío ida y vuelta, ida y vuelta.







Jugamos, mucho rato. 







Derrepente, me agobio. Siento mucha pena. Me da pena que quizá se sienta una persona más en la casa pero no pueda hacer lo mismo que nosotros. Me da pena que esté vieja, me da pena que quizá no se de cuenta de lo vieja que está, y que jugando conmigo recuerde cuando era más pequeña y corríamos todo el día, no como ahora. Siento que no se da cuenta, en todo caso, y eso me da más pena. No me la puedo.

Me apoyo en la piscina y lloro, poco al principio, luego mucho.


Lloro desconsoladamente, como no lloro nunca, lloro y lloro y encuentro muchas razones por las que llorar, razones pendientes también y como no hay nadie, asumo que nadie me dirá nada y aprovecho de botar todo, aunque sienta verguenza. Sally toma agua y se acuesta a mi lado, y yo sé que entiende todo. 



Así nos quedamos un rato, descansando, hasta que nos calmamos.





PRRRRPRPRPRPR....PRPRPRPPRPRRPP





Despierto. No recuerdo haber llorado en otro sueño, desde cabro chico.


No hay comentarios:

Publicar un comentario