miércoles, 16 de julio de 2014

Perros

El cursillo electromagnético que sigo, el de cine, me ha abierto la cabeza a cosas bellas como son, claro, lo audiovisual, pero también las fotos. No digo que sean buenas, sino que me gusta hacerlas, a veces. En tal caso, aquí viene alguna muestra de aquello. 

¿Creyeron que yo viajo solo? Já, tontos de ustedes. Pues nada sería de mi entereza mental/emocional si no fuera por Sally, mi compañera de viaje.






Trece años he viajado junto a ella, se entiende que ya está un poco vieja. Sin embargo, sus debilidades no son nada comparado con lo bello de su ser, su lealtad y su cariño. Obvio que ocupa un buen lugar en mi corazón de macaquín. 

Así que le saco fotos. A veces, tampoco tantas. Y esto se extiende al resto de su especie, hermosos no solo como compañeros sino también en la más absoluta (y envidiada) libertad. Salud.


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