sábado, 4 de octubre de 2014

Escape

...derrepente, me agarran de las muñecas y posan mis manos sobre una pandereta, con demasiada fuerza como para que lo haga un niño tan chico. Son puros niños chicos.

- CAGASTE, ¡CAGASTE!

Trato de soltarme pero no puedo, de verdad son muy fuertes. Agarran un taladro y lo acercan a mi mano, me la van a reventar.Otro niño hace fila con un cuchillo, para hacer lo suyo con mis deditos. Desesperado, me trato de zafar hasta que alguien aparece de entre el mismo grupo y me suelta. Le habré dado pena, o quizá estaba infiltrado. Detalles.

Miro a mi hermana, la suelto y corremos. Entramos por una puerta y nos damos cuenta que estábamos en el patio trasero de un mall (?) muy grande, pero como no hay dónde correr, damos vueltas por entremedio de la gente, tratando de perder a quienes nos persiguen. Entre medio, recuerdo mis manos y los hoyos que iba a dejar el taladro.  


Corremos muy, muy rápido. Me llego a preguntar de dónde sacamos tanta resistencia, pero tampoco me lo cuestiono mucho, mientras me sirva para librar. 

Llegado un punto salimos del mall... sólo para entrar a otro más grande. Ahí decidimos descansar, hemos dado tantas vueltas que ya no hay cómo encontrarnos. En la conversa con mi hermana, despierto. Todo acalorado, mucho ejercicio.


No hay comentarios:

Publicar un comentario